Alta dirección y Brasil 2014: Colombia
Mucho puede aprender la alta dirección de lo que ocurre en los grandes eventos deportivos, como es el caso del Mundial de fútbol disputado en Brasil en 2014. A continuación presentamos la cuarta reflexión, relacionada con el desempeño de la selección de Colombia.
El equipo de Puente Empresarial.
COLOMBIA EN BRASIL 2014: PARA GANAR HAY QUE CREER QUE SE PUEDE.
Una de las agradables sorpresas del mundial de fútbol Brasil 2014 fue la selección de Colombia. Se destacó por un gran compañerismo entre sus jugadores, alegres festejos de goles, juego limpio, grandes individualidades y excelente trabajo en equipo.
En la eliminatoria sudamericana, Colombia quedó segundo detrás de Argentina. En la fase de grupos, ya en Brasil, ganó con autoridad todos sus compromisos y en octavos de final venció claramente a Uruguay marcando el mejor del Mundial.
Sin duda quedó claro que, una vez más, José Pekerman había logrado integrar un equipo sólido y disciplinado, sin abandonar la esencia del fútbol colombiano.
Todos estos atributos fueron insuficientes en cuartos de final. La selección de Colombia fue derrotada por Brasil y quedó así eliminada. ¿Era superior la selección anfitriona? La opinión generalizada es que no, que en este Mundial la selección dirigida por Pekerman era mejor que Brasil. ¿Qué sucedió, entonces?
Hay que admitir que a veces en el fútbol un golpe de suerte puede darle el triunfo al equipo más débil. Sin embargo, desde mi punto de vista, no fue el caso en este enfrentamiento entre ambas selecciones.
Hace ya varios años, se le preguntó a un famoso jugador, luego de haber ganado la Copa del Mundo, qué se necesita para lograrlo. Él respondió que un elemento esencial es «creérselo». La selección de Colombia mereció estar en una semifinal por primera vez en su historia, pero quizás le faltó creer que era posible ganarle al pentacampeón mundial en su propia casa.
Un verso de la canción “Color esperanza”, de Diego Torres, sintetiza muy bien este concepto esencial para la alta dirección: “Creer que se puede, querer que se pueda”.
Héctor D. Debernardo.