Alta dirección y Brasil 2014: Alemania
Mucho puede aprender la alta dirección de lo que ocurre en los grandes eventos deportivos, como es el caso del Mundial de fútbol disputado en Brasil en 2014. A continuación presentamos la quinta reflexión, dedicada a Alemania, el campeón.
El equipo de Puente Empresarial.
ALEMANIA EN BRASIL 2014: PLANEACIÓN DE LARGO PLAZO Y ENFOQUE EN LO IMPORTANTE.
Aunque emotivamente cuesta aceptar la derrota de Argentina en la gran final, Alemania ganó merecidamente el título de campeón mundial de la Copa del Mundo Brasil 2014.
No le fue fácil. Hubo partidos donde sufrió, como contra Ghana en la fase de grupos y contra Argelia en octavos de final. A su vez, mostró todo su poderío contra una irreconocible selección brasileña.
El resultado deportivo fue consecuencia de tres elementos que resultan ejemplares tanto para el mundo del fútbol como para la alta dirección: organización, planeación a largo plazo y enfoque en lo importante.
El proceso que culminó con el éxito de 2014 comenzó después del fracaso en la Eurocopa 2004, donde quedó eliminada en la fase de grupos. Desde entonces se enfocaron los esfuerzos futbolísticos del país en formar jugadores muy habilidosos, sin perder el espíritu de equipo y fortaleza física que siempre caracterizaron a las selecciones germanas.
Alemania estaba decidida a salir campeón en Brasil 2014 y no podía permitir que aspectos logísticos lo impidieran. Construyó su propio hotel y centro de entrenamiento en el pueblo de Santo André, en el estado de Bahía, dado que ninguna de las instalaciones ofrecidas por el país anfitrión satisfacía las necesidades de su selección. Esas instalaciones fueron donadas al municipio de Santo André una vez finalizada la Copa, siendo un ejemplo de responsabilidad social.
Alemania jugó un fútbol vistoso, logró el resultado buscado y contribuyó a mejorar la calidad de vida del poblado donde se hospedó. Fue, por lo tanto, un digno primer europeo en ganar la Copa del Mundo en América.
La alta dirección y el Fútbol Latinoamericano tienen mucho que aprender de esta experiencia.
Héctor D. Debernardo.