Alta dirección: Cómo fomentar la cooperación
La alta dirección se debate entre cooperar o proteger sus ideas. ¿Cómo cooperar sin temor a perder algo en el camino?
Las alianzas estratégicas son una poderosa herramienta para que varias empresas puedan competir contra adversarios de gran tamaño. Por ejemplo, las alianzas proveedor-cliente suelen incrementar la rentabilidad de ambas partes, ya sea porque aumenta la velocidad de respuesta al mercado o bien porque se optimiza la rotación del capital de trabajo.
También pueden ser muy interesantes las alianzas entre competidores. Supongamos que una empresa tiene un cliente que le solicita un producto que ésta no puede fabricar con sus máquinas, pero conoce a un competidor que tiene el equipo necesario. Una alianza entre ambos permitiría satisfacer la necesidad del cliente sin realizar inversiones adicionales, aprovechando de mejor manera la capacidad ya instalada.
Se dice que competir es como repartirse un pastel mientras que cooperar es como aumentarle su tamaño. Quizás nuestra dificultad para colaborar obedezca a que estamos más inclinados a pensar que el pastel no puede crecer y, por lo tanto, es necesario competir en todo momento y ante cualquier situación. ¿Es verdaderamente así?
Lo invito, estimado lector, a realizar el siguiente ejercicio:
– Defina un objetivo que usted NO puede alcanzar solo.
– Identifique de quiénes necesita apoyo para alcanzarlo.
– Piense, ¿Qué ganarían estos participantes si se alcanzara el objetivo planteado?
– Haga junto con sus nuevos aliados un plan de acción para alcanzar el objetivo.
– Busque mecanismos para evitar la inacción por desconfianza.
Thomas Alba Edison decía “La genialidad es 1% inspiración y 99% transpiración”. Es mi deseo que este artículo, estimado lector, haya servido para inspirarlo y lo aliento a avanzar en el 99% restante.
Dr. Héctor D. Debernardo