Navidad en las empresas (Parte 2/2)
En la primera parte del artículo se cuestionaba si las retribuciones en especie que dan las empresas a sus empleados en Navidad, en concreto el regalo y la cena o comida, motivan o no al empleado.
Respecto del regalo o cesta de Navidad, hay empresas donde es bien recibido por los trabajadores y las hay donde, además de no motivar, sirve de crítica porque los trabajadores consideran que el contenido es pobre y rutinario.
En cuanto al ágape navideño, en teoría facilita que las personas se acerquen, pero no es necesario esperar a hacer un banquete anual. Un Director puede ir cualquier día a un departamento, tomar un café con los trabajadores y comunicar. Eso enriquece el ambiente laboral en el día a día y luego, el evento de Navidad, es la confirmación de ese ambiente en unas fechas entrañables.
Sin embargo, a veces las cenas o comidas no cumplen las expectativas en comparación con su costo, porque hay mal ambiente en la empresa. El acto no soluciona la falta de comunicación ni un ambiente laboral malo. Hay trabajadores a los que no les apetece ir a la cena o comida, pero van por el temor a ser mal mirados. Si el clima laboral en una empresa es correcto, no asistir no tiene ninguna justificación. Si, en cambio, el clima laboral es malo, entonces cualquier cosa está justificada, desde no asistir hasta hacerlo por temor a represalias.
¿Qué decisión tiene que tomar la Alta Dirección en relación a estas retribuciones en especie? La respuesta es sencilla. Si no sirven para motivar la decisión inmediata es eliminarlas. Pero eso sí, hay que dialogar con la representación de los trabajadores y llegar al consenso para destinar el dinero que suponen estas retribuciones en especie, que no motivan, a otros conceptos como becas de estudio para hijos de trabajadores, seguros médicos, planes de pensiones, guarderías y préstamos financieros.
Ángel Baguer Alcalá