Alta dirección: ¿Liderar o dirigir?
Liderazgo no es lo mismo que dirección. Se confunde muchas veces la figura del líder con la de dirigir o gestionar. Mientras que un líder innova, desarrolla, no tiene jefes, es original y diseña el rumbo, el directivo o gestor administra, es más conservador, tiene jefes, copia y se limita a hacer las cosas bien.
El líder influye en sus seguidores conduciéndoles al logro de objetivos. Tiene que ir en cabeza siempre y mucho más cuando existe riesgo y además tiene que saber a dónde va. Debe conocer a las personas de su equipo, de la organización, preocuparse por ellas y comprender lo que quieren.
Pero el liderazgo no tiene nada que ver con la jefatura. La Madre Teresa de Calcuta nunca ejerció la jefatura, la siguieron por su doctrina de amor a los pobres y necesitados. Mandela, primer presidente de raza negra de Sudáfrica, fue líder moral, no era jefe. Martin Luther King, uno de los principales líderes del movimiento para la defensa de los derechos civiles e importante defensor de la resistencia no violenta a la represión racial, nunca ejerció de jefe.
Sin liderazgo la organización no puede funcionar; es sólo un conjunto confuso de personas y máquinas. Pero el liderazgo no existe si no hay seguidores. Un líder solo no es líder de nada.
Las organizaciones del siglo XXI se tienen que basar en un liderazgo descentralizado. La Alta Dirección tiene que dedicarse a negociar en lugar de dar órdenes, excepto cuando sea estrictamente necesario. Y la nueva imagen de los empleados es que deben pensar y decidir por sí mismos sin esperar órdenes de nadie, responsabilizándose de sus decisiones. El proyecto actual de empresa debe basarse en las personas.
La dirección de una empresa no es lo mismo que el ejercicio del liderazgo. Líderes capaces pueden gestionar erróneamente una empresa si conducen a sus seguidores en una dirección distinta de la necesaria para alcanzar su misión y objetivos. Y a la inversa, un director puede ser eficiente y sin embargo carecer de algunas virtudes del liderazgo, aunque en general los ejecutivos excelentes tienen una buena dosis de ellas.
Los líderes son cada vez más demandados por su importancia. Las empresas, las instituciones, los colegios, las universidades, los equipos deportivos demandan líderes. La mayor prueba de la importancia que las organizaciones conceden al liderazgo son los elevados salarios de estas personas sobre el resto de trabajadores.
Ángel Baguer Alcalá