Alta dirección y la nueva revolución industrial

¿CÓMO DIRIGIR Y TRABAJAR ANTE UNA NUEVA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?

Desde la primera revolución industrial cuando se inventó la máquina en el siglo XVIII, la industria no ha dejado de evolucionar. La segunda tuvo lugar en el siglo XIX con los grandes inventos de la época y la tercera fue provocada en las últimas décadas del siglo XX por la consolidación de la informática, la robótica, las comunicaciones y los nuevos materiales. Estamos en la cuarta: la era de la globalización.

Hace tan solo cincuenta años la capacidad de producción era limitada porque se apoyaba en la mano de obra. Entonces la demanda era superior a la oferta. Con la tercera revolución industrial, las nuevas tecnologías aumentaron mucho la capacidad de producción. Esto hizo que la oferta superara a la demanda.

El avance tecnológico espectacular de los últimos años junto a la globalización de los mercados ha cambiado las reglas del juego. Al cambio, antes se le esperaba, ahora hay que preverlo. Antes el objetivo empresarial era producir porque todo se vendía, ahora es el servicio al cliente. La competitividad hace tan solo unas décadas era normal, ahora es salvaje. No hace mucho el ciclo de los productos era largo, ahora es muy corto, fíjense en los modelos de relojes, celulares e incluso los automóviles.

Cada revolución industrial exige un cambio en la forma de trabajar. La Alta Dirección debe ser consciente de ello. La gerencia de participación, la gerencia por objetivos, la dinámica de grupo, los círculos de calidad, el liderazgo, son algunas de las herramientas introducidas en las organizaciones en los últimos treinta años pero no es suficiente. La planificación de cada ejercicio empresarial debe contemplar todos los años una mejora en eficiencia y eficacia respecto al ejercicio anterior con las mismas personas, a veces con menos. La única posibilidad de alcanzar los objetivos es distribuir las tareas entre todos los trabajadores delegándoles responsabilidad y marcando objetivos de mutuo acuerdo, trabajando en equipo.

La Dirección que antes era autocrática se tiene que basar en dar responsabilidad. La forma de trabajar que antes era individual, ahora tiene que ser en equipo. La calidad que antes se basaba en el control ahora debe encauzarse hacia la prevención. De la persona especialista hay que pasar a la persona multifunción y respecto a la supervisión del empleado que antes era de control hoy hay que pedirle resultados y darle libertad para que decida.

Y un tema vital: las personas no han perdido importancia por el avance tecnológico. Cada vez es y será mayor su protagonismo. Las empresas disponen de lo mejor en el campo técnico: ordenadores, maquinaria avanzada y procesos altamente mecanizados, pero los triunfos o fracasos de las empresas dependen de las personas. Su valor es más importante que nunca.

Dr. Ángel Baguer Alcalá.

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