Crisis, Competencia y Colaboración
En estos meses en los cuales hemos estado padeciendo los embates de la crisis económica mundial, derivada de una situación financiera precaria, surgieron tres preguntas que me han mantenido inquieto:
– ¿Cómo reaccionamos ante las crisis?
– ¿Es la mejor manera?
– ¿Deberíamos reaccionar de forma diferente?
José Hernández publicó en el Siglo XIX su libro “Martín Fierro”, en una de cuyas páginas aparece el siguiente escrito:
“Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera.”
¿Qué opina, estimado lector, de estos versos? ¿Le parece que el mensaje tiene sentido? Si así es, ¿no deberíamos estar más unidos en las crisis que en situaciones normales? ¿Es esa nuestra actitud más usual?
Mucho se habla de la dificultad que tenemos los latinos para trabajar en equipo y es posible que, efectivamente, así sea. Sin embargo, no todo está perdido: hay cada vez más ejemplos de proyectos donde diferentes empresas e instituciones se unen para alcanzar objetivos a los que no podrían acceder de manera independiente.
Las alianzas estratégicas son una poderosa herramienta para que varias PYMES puedan competir contra adversarios de gran tamaño. Por ejemplo, las alianzas proveedor-cliente suelen incrementar la rentabilidad de ambas partes, ya sea porque aumenta la velocidad de respuesta al mercado o bien porque se optimiza la rotación del capital de trabajo.
También pueden ser muy interesantes las alianzas entre competidores. Supongamos que una empresa tiene un cliente que le solicita un producto que ésta no puede fabricar con sus máquinas, pero conoce a un competidor que tiene el equipo necesario. Una alianza entre ambos permitiría satisfacer la necesidad del cliente sin realizar inversiones adicionales, aprovechando de mejor manera la capacidad ya instalada.
Últimamente hemos tenido la oportunidad de participar en proyectos impulsados por el Gobierno Federal e instancias Estatales, cuyo objetivo es justamente generar sinergias entre empresas competidoras entre sí o que tienen relaciones cliente-proveedor. Dichas sinergias buscan aprovechar oportunidades de negocio con alto impacto para el país, como son la sustitución de importaciones y la exportación.
Entre estas iniciativas cabe mencionar, a modo de ejemplo, el proyecto Plastic-Link cuyo objetivo fue contribuir a la reconversión industrial del sector del plástico del Estado de México, y contó con el apoyo financiero de la Unión Europea, la Secretaría de Economía y el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología.
Plastic-Link es un ejemplo a seguir por varias razones:
– Permitió que empresas pequeñas y medianas tuvieran acceso a asesoría grupal e individual de calidad internacional.
– Permitió a las empresas participantes poder valorar objetivamente cuáles son sus posibilidades de competir contra jugadores internacional.
– Hizo posible que varias de las empresas participantes identificara una oportunidad de mercado para la exportación o la sustitución de importaciones, a la vez que se preparó un plan de acción viable para aprovechar la oportunidad identificada.
– Permitió a las instituciones que apoyaron el proyecto conocer más en profundidad la situación de algunas de las empresas del Estado de México, lo que ayudará en el futuro a orientar apoyos para las mismas.
Retomando el mensaje principal de este artículo, se dice que competir es como repartirse un pastel mientras que cooperar es como aumentarle su tamaño. Quizás nuestra dificultad para colaborar obedezca a que estamos más inclinados a pensar que el pastel no puede crecer y, por lo tanto, es necesario competir en todo momento y ante cualquier situación. ¿Es verdaderamente así?
Lo invito, estimado lector, a realizar el siguiente ejercicio:
– Defina un objetivo que usted NO puede alcanzar solo.
– Identifique de quiénes necesita apoyo para alcanzarlo.
– Piense, ¿Qué ganarían estos participantes si se alcanzara el objetivo planteado?
– Haga junto con sus nuevos aliados un plan de acción para alcanzar el objetivo.
– Busque mecanismos para evitar la inacción por desconfianza.
Thomas Alba Edison decía “La genialidad es 1% inspiración y 99% transpiración”. Es mi deseo que este artículo, estimado lector, haya servido para inspirarlo y lo aliento a avanzar en el 99% restante.
Dr. Héctor Debernardo
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